¿Y si los pensamientos se atascan en un bucle sin fin? El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) puede ser muy angustioso y su incidencia es alta porque supone la cuarta enfermedad mental más frecuente. En Alemania, unos dos millones de personas lo padecen, pero muy pocos lo admiten abiertamente. Muchos se avergüenzan de su enfermedad, porque saben internamente que las tácticas de evitación asociadas a sus pensamientos repetitivos no tienen sentido. El TOC también afecta a personas con un alto coeficiente intelectual. Las compulsiones de memoria, el tiovivo de la preocupación constante, los pensamientos agresivos, la comprobación constante de la puerta o lavarse las manos compulsivamente son algunos de los síntomas típicos de un trastorno obsesivo-compulsivo.
En este desequilibrio mental, los impulsos son más fuertes que la voluntad y los afectados sienten a menudo que tienen que controlarlos o cuestionarlos. Pero el debate con estos pensamientos obsesivos no cesa y empeora aún más el cuadro. La presión interior aumenta y el estado de tensión se incrementa.
A medida que avanza el trastorno obsesivo-compulsivo constriñe cada vez más la vida cotidiana, y hacer frente a las tareas en el trabajo se hace cada vez más difícil. La concentración en lo esencial disminuye, el estado interior es prácticamente absorbida por la compulsión.
Las personas que padecen este trastorno saben que el pensamiento procede de ellas mismas. Este trastorno no tiene nada en común con la esquizofrenia. Sin embargo, desprenderse de él es infinitamente difícil. El trastorno obsesivo-compulsivo se diagnostica cuando el sufrimiento de la persona afectada es tan grande que su vida social, su disfrute de la vida y su vida laboral cotidiana se ven claramente afectados y restringidos.
¿Cómo pueden los afectados salir de este bucle destructivo?
¿De dónde viene el trastorno obsesivo-compulsivo y quién lo padece?
El TOC se asocia a menudo con la vergüenza. Especialmente las personas con un gran sentido del deber, una tendencia al perfeccionismo y una implacable autocrítica son propensas a padecer esta enfermedad mental. Falta seguridad interior y no fue suficientemente reforzada en la infancia. Puede existir una cierta disposición genética para el trastorno obsesivo-compulsivo. Hablar de TOC suele ir de la mano de trastornos de ansiedad o depresión. Si se evita las cosas que provocan ansiedad o se buscan «neutralizaciones» contra el pánico, a menudo se fracasa. Es mucho mejor soportar el miedo o afrontarlo. Al fin y al cabo, el problema nace en el interior y no tienen nada que ver con la realidad. Los pensamientos son irracionales.
¿Existe un desencadenante del TOC en el cerebro? Comoctrastorno neuropsicológico, el TOC es detectable mediante procedimientos neurorradiológicos. Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo muestran una hiperactividad del cerebro frontal. Esta región regula los ganglios basales, que son responsables de la motricidad. Reciben sus impulsos de la corteza cerebral y del sistema nervioso periférico. La vía de señalización entre los ganglios basales, el cerebro frontal y el sistema límbico (control de las emociones) se ve alterada en el trastorno obsesivo-compulsivo debido a la hiperactividad
Cuando se produce una transferencia de señal molecular en la amígdala, esta provoca una reacción exagerada y esto puede desencadenar un TOC. Existe una discrepancia entre el circuito directo y el circuito indirecto, lo que puede estar también detrás de la falta de flexibilidad y la incapacidad de salir del bucle mental. Además, el estado de la serotonina está muy por debajo de lo normal.
Este neurotransmisor es importante para la transmisión y el procesamiento de la información. Sin serotonina, el neurotransmisor debe ser sustituido. El organismo necesita triptófano para la producción de serotonina. Este aminoácido se encuentra, entre otros, en el parmesano, brie, cheddar, edam, en las lentejas, el requesón, las aves, el atún, las nueces y los huevos. El triptófano primero se oxida y da lugar a 5-hidroxitriptófano. A continuación, se transforma en serotonina.
Las personas con TOC suelen tener estrés oxidativo y los niveles de homocisteína suelen estar elevados. La defensa contra los radicales libres no funciona adecuadamente. Las vitaminas B6, B12 y el ácido fólico pueden contrarrestar el exceso de homocisteína. Un aporte óptimo de micronutrientes es elemental para garantizar las funciones cognitivas y la salud mental. Por ello, una carencia de sustancias vitales puede favorecer o agravar el TOC. Por tanto, resulta de gran importancia equilibrar los niveles de micronutrientes.
El antioxidante N-acetilcisteína (NAC) desempeña un papel importante para la estabilidad mental y debe suplementarse si es necesario, ya que no está presente en los alimentos. Junto con la vitamina D, la NAC tiene un efecto positivo en los trastornos obsesivo-compulsivos. La vitamina D estimula la producción de glutatión en el cerebro. El aminoácido se transforma en cisteína en el organismo. La cisteína es un precursor del glutatión.
La NAC tiene una buena biodisponibilidad, moviliza los niveles de glutatión en el cerebro y amortigua el glutamato. El aminoácido glicina puede ayudar a aliviar los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo al movilizar el metabolismo. La glicina calma un sistema nervioso hipersel ensible. El aminoácido es producido por el propio organismo, pero también se encuentra en el pescado, el marisco, la carne, las legumbres, los cacahuetes y las nueces.
Las personas con un trastorno obsesivo-compulsivo suelen mostrar una deficiencia de vitamina B12, además de un déficit de vitamina E, selenio, zinc, hierro y magnesio.
A nivel físico, el trastorno obsesivo se siente como una presión masiva que también se manifiesta en un endurecimiento muscular. El dolor en el cuello y los hombros es grande. El magnesio es importante para los nervios y los músculos. Este mineral sirve como relajante natural y reduce la hormona del estrés cortisol. También influye favorablemente en el estado de la serotonina. Por ello, ayuda también mucho en este trastorno.
FUENTES:
- Fundación para la Salud Dr. Rath (2017). Klinische Studie zeigt, dass ergänzendes Magnesium eine Alternative zu Antidepressiva sein könnte. Abgerufen 02.05.2023, vonwww.dr-rath-foundation.org
- Kuygun Karcı et al. Nutritional and herbal Nutritional and herbal supplements in the treatment of obsessive compulsive disorder. Gen Psychiatr. 2020 Mar 11;33(2):e100159. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32215361/Sarris et al. Complementary medicine, selfhelp, and lifestyle interventions for obsessive compulsive disorder (OCD) and the OCD spectrum: a systematic review. J Affect Disord. 2012 Mayo;138(3):213-21.https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21620478/F. di Michele et al. N-Acetyl Cysteine and vitamina D en el trastorno obsesivo-compulsivo
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