El asma, una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias, afecta tanto a niños como a adultos. Se calcula que en 2019 había 262 millones de enfermos de asma en todo el mundo. Aunque la medicina convencional no tiene cura para el asma, muchos pacientes han logrado experimentar mejoras significativas gracias a enfoques nutricionales basados en la ciencia, así como a la medicina celular. Un nuevo estudio que respalda aún más esta prometedora dirección terapéutica descubrió niveles séricos bajos de zinc, selenio y vitamina D3 en niños asmáticos y confirmó la asociación de estas deficiencias con la inflamación de las vías respiratorias y un control deficiente del asma.

En el estudio, publicado por investigadores indios en la revista Cureus, participaron 100 niños asmáticos y 75 sanos. La edad media de los niños era de unos 9 años. De los afectados, 39 niños tenían el asma descontrolada, 53 tenían el asma parcialmente controlada y sólo 8 tenían la enfermedad bien controlada.

Niveles insuficientes de varios micronutrientes

Los investigadores examinaron los niveles séricos de zinc, magnesio, selenio, cobre, hierro y vitamina D3 de los niños. También se midieron los niveles de inmunoglobulina E, un anticuerpo, y se realizó una prueba de proteína C reactiva de alta sensibilidad. Los niveles elevados de inmunoglobulina E en asmáticos pueden indicar que el organismo está reaccionando de forma exagerada a un alérgeno, mientras que los niveles de proteína C reactiva se correlacionan positivamente con la gravedad de la enfermedad y, por tanto, se utilizan como herramienta para evaluar el estado de un paciente asmático.

El estudio descubrió que los niveles de zinc y selenio eran significativamente más bajos en los niños asmáticos. Aunque los niveles de cobre estaban dentro del rango normal en todos los niños, eran más bajos en el grupo asmático. Los niveles séricos de hierro también eran inferiores a los normales en los niños asmáticos.

Aunque los niños asmáticos tenían niveles séricos de magnesio normales, los investigadores creen que esto no refleja necesariamente una deficiencia celular. Por lo tanto, sugieren que medir la concentración de magnesio en las células del cuerpo es un enfoque más preciso.

También se detectó una deficiencia de vitamina D en todos los participantes en el estudio, incluso en los que no padecían asma. Sin embargo, los niveles de este importante micronutriente eran significativamente más bajos en los niños asmáticos.

Como era de esperar, los niveles séricos de inmunoglobulina E eran más elevados en los niños asmáticos que en los sanos. Curiosamente, el estudio observó que la carencia de vitamina D se correlacionaba con niveles más altos tanto de inmunoglobulina E como de proteína C reactiva. Los investigadores también señalaron que la carencia de vitamina D se había asociado anteriormente con una mayor gravedad del asma bronquial infantil.

Nuevas vías en la prevención y el tratamiento del asma

Los resultados del estudio coinciden subrayan los principios básicos de la Medicina Celular del Dr. Rath, un enfoque científico que ha identificado las carencias de micronutrientes como la principal causa de las enfermedades más comunes de la civilización actual. En última instancia, evitar estas carencias puede incluso salvar la vida de muchos pacientes asmáticos. Según la Organización Mundial de la Salud, 455 000 de las muertes que se producirán en el mundo en 2019 estarán causadas por el asma.

El coste económico de la enfermedad es significativo. En 2013, la carga económica del asma solo en Estados Unidos se acercó a los 81 900 millones de dólares. La medicina convencional basada en fármacos ofrece pocas perspectivas de que estos costes se reduzcan en un futuro previsible. Por el contrario, los enfoques basados en nutrientes, como la medicina celular, tienen el potencial de llevar tanto la prevención como el tratamiento del asma a un nuevo nivel. En interés de los pacientes y sus familias, ya es hora de que estas terapias se pongan gratuitamente a disposición de toda la población mundial.

Artículo del Director Ejecutivo der Dr. Rath Health Foundation, Paul Anthony Taylor