Cerca del 10 al 20% de las personas* padecen síndrome del intestino irritable (SII), una enfermedad funcional del intestino con síntomas inespecíficos como diarrea y/o estreñimiento, aumentos y cólicos abdominales, cuya intensidad varía y puede afectar gravemente el bienestar de los pacientes en algunos días, y apenas hacerlo en otros. Esto hace que el diagnóstico del SII sea complicado. Generalmente, se diagnostica SII si los problemas intestinales persisten por más de tres meses, hay cambios en las deposiciones y las molestias que afectan la calidad de vida. Además, el médico debe descartar otras enfermedades posibles.
¿QUÉ CAUSA LOS PROBLEMAS EN EL ABDOMEN?
El principio del SII es que las causas exactas aún no están completamente esclarecidas. Sin embargo, investigaciones recientes indican que una mucosa intestinal dañada y una flora intestinal alterada (microbiota) son factores clave en el desarrollo del SII. En los afectados, el cambio en la flora intestinal —los microorganismos del intestino— a menudo provoca un aumento en bacterias no deseadas y potencialmente patógenas. Ambos factores pueden ser favorecidos por la deficiencia crónica de micronutrientes, así como por el consumo de alcohol, medicamentos a largo plazo e infecciones.
El estrés también influye negativamente en los síntomas del SII. A través del sistema nervioso autónomo, se liberan hormonas del estrés como el cortisol, que afectan varios procesos corporales. Esto puede activar procesos inflamatorios en el intestino y alterar la flora intestinal. Además, es posible que exista una comunicación alterada entre el intestino y el cerebro, conocida como eje intestino-cerebro.
¿QUE COMER CON SII?
Los síntomas del SII suelen intensificarse después de comer. Por ello, es importante prestar atención a la selección de alimentos. Se recomiendan alimentos bajos en azúcar y grasa, carnes magras como pollo sin piel y verduras al vapor condimentadas con hierbas frescas. También son apropiados las patatas, el arroz y la pasta. Los pacientes con SII deben tener cuidado con las comidas ricas en proteínas, ya que un exceso puede agravar los síntomas. Las fibras provenientes de productos integrales, legumbres, verduras, frutas, linaza y psyllium son esenciales para mantener las bacterias intestinales saludables. Los productos de leche fermentada, como el yogur, también son particularmente beneficiosos, ya que aportan bacterias ácido lácticas (probóticos) que ayudan a la salud de la microbiota intestinal.
MICRONUTRIENTES PARA UN INTESTINO SENSIBLE
Las personas con SII suelen sufrir deficiencias de micronutrientes debido a una microbiota intestinal alterada o una mucosa intestinal dañada. Además, la eliminación de ciertos alimentos para aliviar los síntomas puede agravar esta deficiencia. Por tanto, una suplementación regular de micronutrientes es esencial para quienes padecen SII.
Algunos micronutrientes que se han demostrado particularmente útiles para la salud intestinal incluyen:
- Vitamina C : Desempeña un papel central en la síntesis de colágeno, la principal proteína estructural del tejido conectivo. Este tejido tiene funciones de soporte y relleno en el epitelio que recubre el intestino, formando una barrera efectiva contra toxinas y agentes perjudiciales.
- Vitaminas del grupo B : Como la vitamina B6, B12 y ácido fólico, son fundamentales para la división y regeneración celular, lo que ayuda a reparar los daños en la mucosa intestinal y mantener la función de barrera del intestino.
- Pimienta de menta : Sus componentes ayudan con la inflamación, los cólicos abdominales y la producción excesiva de gases en el intestino. También regulan la actividad intestinal y mejoran el bienestar en trastornos digestivos.
- Jengibre : Contiene compuestos vegetales con efectos antiinflamatorios, lo que puede ser útil para diversas enfermedades intestinales. Además, el jengibre tiene un impacto positivo en la flora intestinal.
- Betaina hidrocloruro : Promueve la producción de ácido gástrico, mejorando la digestión de las proteínas y aliviando los problemas digestivos.
- L-Glutamina : Es un aminoácido que respalda la formación y reparación de las mucosas en el tracto gastrointestinal.
- Papaína y bromelina : Estas enzimas descomponen las proteínas en pequeños componentes hasta aminoácidos, lo que facilita la digestión y puede aliviar molestias abdominales.