La enfermedad de Lyme, también conocida como borreliosis, es una infección bacteriana transmitida por garrapatas y es la enfermedad vectorial más común en Estados Unidos y Europa. Está causada por la bacteria de la borrelia que es transmitida por las garrapatas de los animales a los seres humanos. Debido a los síntomas inespecíficos, parecidos a los de la gripe, que incluyen dolor de cabeza, fatiga, fiebre leve, erupciones cutáneas y dolores articulares, resulta difícil de diagnosticar y tratar en una fase temprana.
Si no se elimina la bacteria se desarrollan más síntomas que pueden durar meses o años y reducir significativamente la calidad de vida del individuo. Los antibióticos, la medicación prescrita con mayor frecuencia, no son totalmente eficaces, sobre todo contra las formas latentes de la bacteria. Además, añaden el riesgo de padecer sus efectos secundarios asociados.
La borrelia sp. existe en tres formas morfológicas que les permite sobrevivir a entornos cambiantes e incluso hostiles. Se trata de las formas activas denominadas espiroquetas y las formas latentes llamadas formas redondeadas y biofilm. Los síntomas de la enfermedad de Lyme indican una respuesta inflamatoria del cuerpo hacia la infección.
Durante años de investigaciones, los científicos del Instituto del Dr. Rath han evaluado varios compuestos naturales contra la borrelia a nivel celular. Nuestros científicos han probado 45 compuestos naturales contra todas las formas morfológicas de dos especies de borrelia: borrelia burgdorferi sensu stricto (el patógeno causante de la enfermedad de Lyme en EE.UU.) y borrelia garinii (el patógeno causante de la enfermedad de Lyme en Europa).1
Los resultados de nuestro estudio han demostrado que todos los compuestos probados inhibieron el crecimiento bacteriano de las espiroquetas activas. En el caso de las formas resistentes y latentes de Borrelia, las sustancias más eficaces que podían eliminar estas formas eran el ácido cis-2-decenoico, el ácido rosmarínico, la baicaleína, la monolaurina, la luteolina y el alga kelp (yodo). Es alentador que las colonias similares a biopelículas formadas por la borrelia burgdorferi, que son las más difíciles de tratar, se redujeron con la baicaleína, la luteolina, la monolaurina el ácido cis-2-decenoico y el alga kelp (yodo). Además, la baicaleína y la monolaurina mostraron efectos preventivos al reducir la formación de biopelículas por borrelia garinii.
También probamos la eficacia de este enfoque natural, tanto in vivo como en un estudio clínico piloto.2 Confirmamos la eficacia de una combinación de baicaleína, luteolina, ácido rosmarínico, monolaurina, ácido cis-2-decenoico y algas (yodo) contra ambas formas de borrelia sp. in vivo. Los efectos antibacterianos de estos micronutrientes fueron comparables a la eficacia del protocolo antibióticos estándar para la enfermedad de Lyme. También mostraron beneficios antioxidantes y antiinflamatorios. Esta combinación se probó en un estudio clínico piloto con pacientes de la enfermedad de Lyme que habían tomado varias tandas de antibióticos sin ninguna mejoría. Tras seis meses de tomar la combinación de compuestos naturales, el 65% de los participantes sintieron una mejora significativa de los síntomas y pudieron empezar a trabajar y a reanudar sus actividades cotidianas.
El diecisiete por ciento de los participantes notó una mejoría sintomática moderada de los niveles de energía y de la sensación general de bienestar. Las estadísticas actuales indican que aproximadamente 35.000 estadounidenses son diagnosticados de la enfermedad de Lyme cada año.
Sin embargo, estos datos también especifican que esta cifra está muy por debajo de la realidad y que el número real de casos podría ascender a 476.000 al año en Estados Unidos. El tratamiento antibiótico estándar puede reducir la carga bacteriana si se aplica precozmente, pero no ayuda a mejorar los síntomas, especialmente en las fases más avanzadas de la enfermedad de Lyme. Por ello, se hacen necesarios compuestos naturales seguros que puedan controlar los mecanismos biológicos asociados a esta infección, y que hayan mostrado una eficacia científica comparable a la de los tratamientos antibióticos pudiendo constituirse como una alternativa alentadora.
En el número de otoño de la revista de Cofenat publicamos los resultados de un estudio más reciente conducido en laboratorio y en humanos, con resultados muy prometedores, de mejora en más de un 60% de los pacientes.