Muchos conductores padecen ceguera nocturna, pero no se dan cuenta. La razón es que este tipo de deficiencia visual suele desarrollarse gradualmente, a lo largo de los años. Las personas que padecen miopía nocturna pueden ver nítidamente durante el día, pero al anochecer sólo distinguen los contornos de las cosas. Este arriesgado trastorno visual suele provocar accidentes de tráfico, porque los objetos a mayor distancia no se distinguen bien. Por eso es tan importante acudir al oftalmólogo periódicamente. Durante esta revisión, se examinan explícitamente la visión de contraste y la hipersensibilidad a las fuentes de luz. Además, el médico comprueba el funcionamiento de los bastones de la retina.
Casi todas las personas tienen peor visión en condiciones de poca luz. Sin embargo, la ceguera nocturna es una disfunción de los bastones en la retina, que es responsable de que el ojo sólo se adapte parcialmente a la oscuridad de forma limitada o que no pueda hacerlo en absoluto.
Los ojos sanos suelen ser muy adaptables a las diferencias de contraste y a la influencia de la luz deslumbrante. Con la opacificación del cristalino la visión se ve gravemente limitada. Los conductores suelen intentar controlar el problema reduciendo su velocidad, pero evidentemente el problema sigue ahí.
CAUSAS Y POSIBILIDADES
La deficiencia visual nocturna puede estar causada por una catarata (opacidad del cristalino) o por glaucoma. En estos casos, suele aconsejarse una intervención quirúrgica.
Un déficit de vitamina A también puede ser el desencadenante de la ceguera nocturna. Como el déficit está causado por una ingesta diaria insuficiente de este micronutriente, es aconsejable prevenir la degeneración de los ojos y la consiguiente ceguera nocturna con un aporte adicional.
También se prescriben gafas con filtros de luz azul, ya que reducen la luz entrante y el deslumbramiento
El Instituto de Investigación Dr. Rath ha desarrollado una combinación patentada de micronutrientes para favorecer la función ocular normal. Contiene, entre otros: luteína, zeaxantina, betacaroteno, vitamina A, vitamina C, zinc y bioflavonoides. Si están presentes en cantidad suficiente las estructuras biológicas y la función de los ojos pueden protegerse de forma óptima y las células de la retina funcionan correctamente.
La carencia de vitamina A así como una mala absorción también puede estar en el origen, tal y como hemos mencionado. Esto puede ocurrir en diversas enfermedades gastrointestinales o daños en órganos como el páncreas o el hígado. Las personas con insuficiencia hepática sufren más a menudo un déficit de vitamina A. En estos casos, la suplementación se recomienda urgentemente.
Alimentos ricos en vitamina A:
Hígado
Pescado de mar
Yema de huevo
Mantequilla
Leche
Espinacas (betacaroteno,
precursor de la vitamina A)
Zanahorias (beta-caroteno,
precursor de la vitamina A)
Boniatos
La vitamina A es esencial para un buen proceso visual completo. Convierte la luz incidente en señales nerviosas que se transmiten al cerebro. En las células, la vitamina A es esencial para la formación de la púrpura visual en la retina. La confrontación con la luz divide la molécula receptora. A continuación, se envía un impulso nervioso eléctrico al cerebro. Cada rayo de luz agota el depósito de púrpura visual. Si el cuerpo es incapaz de suministrar suficiente vitamina A, el resultado es una deficiencia visual púrpura en los bastones de la retina. Con unos pocos estímulos eléctricos del ojo al cerebro se provoca la ceguera nocturna.
Cuando la luz de los vehículos que circulan en sentido contrario golpea los fotorreceptores hipersensibles, puede producirse ceguera espontánea, que dura sólo unos segundos, pero puede tener consecuencias nefastas.
Como las células sensoriales sobre estimuladas se alimentan de vitamina A para volver a un nivel normal en muchos casos, la suplementación con vitamina A es una estrategia eficaz. La vitamina A, como señalamos, es necesaria para la regeneración de la púrpura visual (rodopsina), que desempeña un papel importante en la estimulación y desactivación de las células sensoriales de la retina.
La conservación de la vista puede también favorecerse con un aporte suficiente de ácidos grasos omega-3. Estos ácidos grasos esenciales también alivian los ojos estresados y efectúan una prevención natural de la sequedad ocular. También actúan para calmar los ojos rojos y con quemazón después de mirar fijamente una pantalla durante demasiado tiempo, en combinación con beber demasiado poco.
Por ello, la dieta adecuada también puede marcar una gran diferencia. El omega-3 de las algas, el pescado de mar, las nueces y el aceite de colza hidratan y protegen contra la irritación y los ojos irritados y cansados. Actúa como un protector natural de la retina que aleja de forma fiable las moléculas de oxígeno agresivas. Los ácidos grasos omega-3 ralentizan la degeneración macular y, por ello, pueden también mejorar la visión en la oscuridad. También desempeña un papel importante la sustancia vegetal secundaria luteína, que actúa como captador de radicales en la retina. La luteína se encuentra principalmente en las verduras de hoja verde.
Fuentes:
Fundación para la Salud Dr Rath (2018). El enfoque de la medicina celular para la prevención y el control de enfermedades oculares comunes. Del 18 de noviembre de 2022, del sitio Web: www.dr-rath-foundation.org.
Fundación para la Salud Dr. Rath (2022). Omega-3 para reducir el riesgo de enfermedades oculares. Recuperado el 18/11/2022, de www.dr-rath-foundation.org. D. Mehra; P. H. Le. Fisiología, Visión Nocturna. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2022. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK545246/