Tos seca, falta de aire, opresión en el pecho: estos síntomas indican asma. En los asmáticos, las vías respiratorias están hipersensibilizadas, lo que les hace reaccionar de forma alérgica al menor estímulo. El tratamiento médico generalmente consiste en la prescripción de glucocorticoides (cortisona). Los glucocorticoides imitan a la hormona cortisol del propio organismo, una hormona del estrés que combate las sustancias mensajeras activas en el asma. Y en efecto, la cortisona tiene un fuerte efecto antiinflamatorio, pero hay un inconveniente: se asocia a algunos efectos secundarios, como la pérdida de masa ósea.
Una alternativa la presenta la ingesta de micronutrientes. Hablemos un poco de ellos.
Más de tres millones de personas en Alemania padecen asma. Según la OMS, hay 230 millones de enfermos en todo el mundo. Los ataques son especialmente graves e intensos por la noche y a primera hora de la mañana, después de un largo periodo de descanso. Los músculos bronquiales se tensan, lo que provoca constricción y ataques de tos. La respuesta inmunitaria es inusualmente fuerte. Se desencadena la inflamación y se forma mucosidad viscosa en los bronquios.
La respiración no funciona correctamente. Los asmáticos inspiran más aire del que espiran. Esto provoca congestión en los pulmones. El estrechamiento de las vías respiratorias provoca un déficit de oxígeno. Las palpitaciones van acompañadas del consiguiente agotamiento y cansancio. A veces un cambio de piso también es responsable del desarrollo del asma. La rinitis alérgica puede provocar asma. Por tanto, es importante reaccionar a tiempo para contenerlo.
Toda persona que tome cortisona para evitar los ataques de asma debe cambiar a una dieta orientada a las proteínas y a una dieta antiinflamatoria baja en carbohidratos. Porque el tratamiento con cortisona ataca la sustancia ósea.
Los suplementos de vitamina D y calcio también pueden prevenir la osteoporosis. El riesgo potencial de fracturas aumenta cuando hay carencias de calcio y de vitamina D. El control continuo de los niveles de azúcar en sangre también es aconsejable para poder tomar medidas a tiempo.
El uso prolongado de cortisona debilita las defensas propias del organismo. La cortisona tiene un fuerte efecto antiinflamatorio, pero puede provocar infecciones fúngicas, dificultad para tragar y ronquera. Durante la ingesta de cortisona se produce una mayor excreción de vitamina C, de magnesio y de zinc por lo que suplementarse con estas sustancias vitales celulares puede ser útil.
Cómo reduce los micronutrientes los problemas inflamatorios
Una dieta equilibrada que contenga todos los ingredientes esenciales, es básica para los asmáticos. Además, beber una cantidad suficiente de líquidos también es esencial. Al menos dos litros al día. Se recomiendan suplementos de sustancias vitales para un suministro asegurado y fiable de todas las sustancias vitales. La necesidad suele estar aumentada en los asmáticos.
Con la ayuda de micronutrientes seleccionados, inteligentemente combinados, puede controlarse y limitarse los procesos inflamatorios del organismo. En un estudio realizado por el Instituto de Investigación Dr. Rath, se descubrió que la contracción causante de la enfermedad de las células musculares lisas se reduce significativamente suministrando una composición de vitamina C, lisina, prolina y otras sustancias vitales que tienen un efecto sinérgico.
La vitamina C y la vitamina D influyen favorablemente para frenar los procesos inflamatorios,
Por su parte, los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades antialérgicas. Un escudo protector contra el estrés oxidativo son, al mismo tiempo, antioxidantes como el selenio, el zinc y el ácido ascórbico. La coenzima Q10 y las sustancias vegetales bioactivas también deberían participar en la suplementación del asmático. La Q10 es un buen protector de las mucosas y el magnesio, por su parte, favorece el rendimiento bronquial. Los bronquios se acalambran mucho menos con un nivel equilibrado de magnesio, que relaja los músculos bronquiales y movilizan la función pulmonar. Alimentos con un alto contenido en magnesio son, por ejemplo, acelgas, brécol, quinoa, plátanos, las legumbres y el chocolate negro.
Los flavonoides evitan que el organismo libere mensajeros inflamatorios y alérgicos
¿Qué no deben comer los asmáticos?
Los asmáticos no deben consumir sulfitos ni glutamato (aditivos alimentarios). Esto también se aplica a los frutos secos, los zumos de fruta, embutidos curados y conservas de pescado. También es beneficioso limitar el consumo de carne. Los platos precocinados deberían ser tabú en la dieta de estas personas. Sobra decir que tanto el sobrepeso como la nicotina tienen un efecto negativo en el asma.
Ácidos grasos omega 3 para el asma
Según diversos estudios, de 700 a 3.000 microgramos diarios de ácidos grasos omega-3 mostraron una retroalimentación notable sobre la constricción de las vías respiratorias. El ácido graso antiinflamatorio eicosapentaenoico (EPA) debe, sin embargo, tomarse en altas concentraciones: se recomiendan 1.800 miligramos al día. El EPA se encuentra en el pescado graso. La ingesta de omega-3 en forma de suplemento dietético debe tomarse siempre junto con alimentos. El contenido graso de los alimentos ingeridos optimiza la absorción de los ácidos grasos en el intestino. El aceite de krill también contiene omega-3. Las nueces, el aceite de linaza y el aceite de oliva también son excelentes fuentes de omega-3.
