Control de la rosácea mediante dieta antiinflamatoria y micronutrientes
rosacea

Origen de la rosácea

Algunas personas poseen una piel mucho más fina que otras y, bajo ciertas circunstancias, sufren de rosácea. En estos casos, las irritaciones pueden llegar a ser angustiosas, sobre todo si son visibles y se convierten no sólo en una carga física sino también psicológica y emocional.
La rosácea es una enfermedad cutánea de este tipo, que se basa en una silenciosa inflamación que condiciona la calidad de vida del que la padece. Solo en Alemania, se calcula que afecta a aproximadamente cuatro millones de personas, que luchan a diario contra los síntomas de la cuperosis.

La rosácea aparece en forma de ataques y son diversos los desencadenantes que agravan los brotes y las conocidas manchas rojas en la cara. Sin embargo, además del característico «rubor» espontáneo, la rosácea suele ir acompañada de pústulas, ampollas, dolor, vergüenza e inhibición en público. Suele afectar a zonas enteras de la piel que presentan manchas rojas, y la frente, la barbilla y los ojos suelen ser los lugares más habituales.

La rosácea está causada por infestaciones de ácaros que colonizan y se propagan por la piel. Estos parásitos causan inflamación y dejan el terreno abonado para los radicales libres. En la mayoría de los casos se produce una alteración del sistema inmunitario que se acompaña de una reacción exagerada. También se ven debilitados los nervios vasculares, lo que provoca que las venas faciales se dilaten. La disposición genética, por su parte, desempeña un papel en el desarrollo esta condición.

El cutis irritado y el «florecimiento» de la rosácea señalan que algo en todo el cuerpo está en desorden y fuera de control y los altos niveles de inflamación, que se detectan en la consulta del médico mediante un análisis de sangre, en la mayoría de casos, son indicativos de ello. La piel facial inflamada es un síntoma.

Una vez tenemos el diagnóstico de rosácea, podemos ir a atajar el origen del problema mediante una dieta adecuada constituida básicamente por un alto porcentaje de verduras y muchas hierbas frescas. Se trata de una dieta antiinflamatoria con antioxidantes que irá reduciendo gradualmente la inflamación. También es importante hacer descansos de al menos cuatro horas entre comidas y que el cuerpo pueda restablecerse.

Los básicos de este tipo de dieta incluyen una ingesta dietética diaria de alimentos bajos en azúcar, la eliminación de la harina de trigo, la reducción de los productos de procedencia animal y el consumo regular de al menos 500 gramos de verduras de temporada al día, repartidos en tres comidas. También es importante la eliminación de los alimentos grasos y muy procesados (grasas trans, embutidos, carnes grasas) y los alimentos precocinados también deben evitarse.

Se pueden añadir especias para condimentar como la cúrcuma, el orégano, el cilantro y el jengibre que son fuertemente antiinflamatorias y dan a los platos predominantemente vegetarianos un aroma exótico.

La leche de vaca también debe reducirse para mejorar la piel y reducir la hipersensibilidad. Una dieta rica en fibra mejora la salud de los intestinos y estabiliza el microbioma. Y los prebióticos y probióticos son un beneficio para el organismo enfermo.

A continuación, incluimos un listado de los más recomendados:

  • Bebida de pan o kvass
  • Cebollas
  • Ajo
  • Tubérculos
  • Achicoria
  • Alcachofas
  • Chucrut
  • pepinos encurtidos
  • yogur natural
  • Skyr
  • Kéfir
  • Suero de leche
  • Vinagre de sidra de manzana
  • Cheddar
  • Parmesano
  • Gruyère
  • Miso

Dieta contra la inflamación

El cambio a una dieta lo más antiinflamatoria posible es el primer paso para mejorar el estado de salud y se refleja en menos enrojecimiento, picor, ardor y tirantez. El sarpullido también disminuye. Los dulces deben evitarse en la medida de lo posible porque el azúcar produce sustancias mensajeras inflamatorias. Si tiene sobrepeso y tiene rosácea, perder peso debería estar en la lista de tareas pendientes.

Los alimentos ideales para la rosácea son los productos integrales, fideos de cristal, arroz, polenta, cuscús, aceites vegetales de alta calidad, pescados de mar grasos (caballa, sardinas, salmón), verduras de temporada de proximidad y té verde.

Los pseudocereales como espelta, avena, mijo, trigo sarraceno, quinoa y amaranto también se permiten.

Los tentempiés permitidos incluyen el chocolate negro (contenido mínimo de cacao 80 %) y los frutos secos (excepto los cacahuetes).

Hay algunos alimentos que, aun siendo sanos, contienen histamina y por ello es mejor evitarlos. Entre ellos se encuentran los tomates, las berenjenas, las espinacas, los aguacates, las fresas, la piña y el kiwi.

Por el lado de la suplementación, se ha mostrado útil la vitamina C, que protege contra las moléculas oxidativas, enemigas de las células, siendo un potente antioxidante que proporciona y estimula la síntesis de colágeno.

La vitamina A, por su parte, estabiliza las estructuras de la piel y sus defensas de la piel y aporta flexibilidad al cutis.

El oligoelemento selenio protege contra los defectos de la piel y desempeña un papel importante en la división celular. El zinc tiene un efecto antiinflamatorio y favorece un cutis sano.

La vitamina D favorece la cicatrización de heridas y regenera la piel. Un déficit de vitamina D desencadena la inflamación en el cuerpo e impulsa los procesos inflamatorios.

El betacaroteno protege la piel de los daños causados por los rayos UV y se encentra en las zanahorias y los arándanos, entre otros.

La vitamina E hidrata la piel, la libera de los radicales libres, refuerza la barrera cutánea y calma las reacciones sensibles a las influencias externas.

Los ácidos grasos omega-3 hidratan la piel desde el interior y la calman.

La vitamina B12, la arginina y la L-carnitina estimulan la circulación sanguínea y la regeneración celular.

Por último, el equilibrio mental también es muy importante. La relajación muscular debe integrarse en la rutina diaria Conviene aprender técnicas de relajación y meditación, o incluso la hipnosis. Todos ellos favorecen un estado mental relajado. Además, los masajes, las caricias, y los sonidos curativos como el de los cuencos tibetanos pueden ayudar a devolver el equilibrio.

FUENTES:

  • Fundación para la Salud Dr Rath (2018). Los beneficios de los micronutrientes: Curación de heridas y salud de la piel. Extraido el 23.03.2023, de www.dr-rath-foundation.org
  • Fundación para la Salud Dr Rath (2020). Antioxidantes y el sistema inmunitario. Extraído el 23.03.2023, de www.dr-rath-foundation.org
  • Weiss et al. Dieta y rosácea: el cambio dietético en el manejo de la rosácea.
  • Dermatol Pract Concept. 2017 Oct; 7(4): 31-37. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5718124/

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