Menos de una semana de dieta orgánica es suficiente para reducir la presencia de pesticidas en el cuerpo. Ahora que los estudios indican que incluso un bajo nivel de exposición a los pesticidas puede provocar graves efectos adversos para la salud, aumenta el interés por el consumo de dietas ecológicas como medio de minimizar la ingesta de productos químicos agrícolas, y más sabiendo que en seis días ya hay una difeencia. Consciente de ello, un nuevo estudio español analiza los efectos de una dieta ecológica sobre los niveles de metabolitos de pesticidas en un grupo de 32 adultos. Sólo seis días después de empezar la dieta, los niveles de metabolitos en la orina de los participantes eran significativamente más bajos, lo que sugiere una notable reducción de los posibles efectos adversos para la salud.
El estudio, publicado en la revista Food Research International, comenzó con una dieta convencional durante una semana. A continuación, se realizó una intervención dietética de cinco días con alimentos ecológicos. Se midieron los niveles de seis metabolitos específicos de pesticidas en la orina de los participantes antes y después de la intervención. Antes de cambiar a la dieta ecológica, las muestras de orina de los participantes contenían niveles detectables de los seis metabolitos de pesticidas. Sin embargo, al final de la intervención, el sexto día del experimento, los investigadores observaron un descenso significativo de las concentraciones de tres metabolitos.
Además, la detección de 204 residuos de pesticidas en los alimentos ecológicos consumidos durante el estudio confirmó la ausencia o niveles muy bajos de la mayoría de ellos. Esto corroboró la conclusión de que las dietas ecológicas reducen la exposición a los pesticidas.
Mayores niveles de micronutrientes y mayores rendimientos que la agricultura convencional
Como señala el estudio, incluso a niveles bajos, la exposición a los pesticidas puede provocar graves efectos adversos para la salud, como cáncer, asma, alergias y alteraciones hormonales. Sin embargo, los beneficios científicamente probados de los alimentos ecológicos van mucho más allá de la mera evitación de productos químicos agrícolas.
La investigación ha demostrado de manera convincente que los alimentos producidos orgánicamente contienen niveles más altos de micronutrientes que sus homólogos cultivados convencionalmente. En 2014, un equipo internacional dirigido por el profesor Carlo Leifert, de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), realizó uno de los meta-análisis más exhaustivos sobre el tema hasta la fecha y concluyó que los alimentos ecológicos contienen hasta un 69% más de antioxidantes clave que los alimentos convencionales, así como niveles más bajos de metales tóxicos y pesticidas. Basándose en un análisis de 343 estudios revisados por expertos de todo el mundo, las conclusiones de Leifert destruyeron el mito de que los alimentos ecológicos son nutricionalmente indistinguibles de los producidos con pesticidas.
Otras investigaciones refutan la afirmación tan extendida de que la agricultura ecológica es incapaz de producir alimentos suficientes para alimentar a la población mundial. En los resultados de la Universidad de Michigan publicados en 2007, los científicos demostraron que la agricultura ecológica puede producir hasta tres veces más alimentos que la agricultura convencional en la misma superficie de tierra.
Calificando de «ridícula» la idea de que el uso de enfoques de agricultura ecológica supuestamente hace que la gente pase hambre, la profesora Ivette Perfecto, una de las principales autoras del documento, explica que «el interés corporativo en la agricultura y la forma en que la investigación agrícola se ha llevado a cabo en las instituciones de concesión de tierras, con una gran influencia de las empresas químicas y las empresas de plaguicidas, así como las empresas de fertilizantes, todos han estado jugando un papel importante en convencer al público de que es necesario tener estos insumos para producir alimentos.»
Como el Dr. Rath afirmó de forma memorable en su Declaración de Barletta en 2014, para crear un sistema de salud preventivo y verdaderamente eficaz tenemos que derribar las barreras artificiales que existen entre la nutrición y la salud, así como entre la medicina y la agricultura. La creciente concienciación sobre los beneficios de la agricultura ecológica puede contribuir en gran medida a conseguirlo.
