Dr. Rath Health Foundation COMUNICADO DE PRENSA 19 de Octubre del 2020
Un estudio de intervención clínica aleatorizado y controlado con placebo en pacientes en etapas avanzadas de COVID-19 ha documentado que la vitamina C en dosis altas puede reducir la tasa de muerte casi a la mitad en comparación con un grupo de control que recibió el placebo.
El estudio clínico multicéntrico fue coordinado por el Hospital Universitario de Wuhan, China, el sitio del brote de la pandemia actual. Incluyó a pacientes con COVID-19 ingresados en unidades de cuidados intensivos debido a la gravedad de la etapa potencialmente mortal de sus infecciones. Todos estos pacientes gravemente enfermos recibieron tratamiento médico estándar. Además, un grupo de estudio recibió dosis diarias de 24 gramos de vitamina C por vía intravenosa, mientras que otro grupo recibió un placebo. La administración de vitamina C mostró una reducción de la tasa de muerte (mortalidad) en aproximadamente la mitad, en comparación con los pacientes que solo recibieron el placebo.
Los pacientes que recibieron tratamiento con vitamina C también tuvieron una oxigenación significativamente mejor de su sangre, lo que indica que el oxígeno puede difundirse mejor a través de las células alveolares del pulmón para saturar los glóbulos rojos. Esto significa que el tejido pulmonar estaba menos inflamado, un hecho que fue confirmado en este estudio por niveles mucho más bajos de los marcadores inflamatorios (interleucina-6) en los pacientes que recibieron vitamina C. Sin embargo, fue particularmente significativa la probabilidad mucho mayor de supervivencia para aquellos pacientes con COVID-19 que recibieron altas dosis de vitamina C, y este tratamiento no tuvo efectos secundarios.
El estudio menciona como una de sus limitaciones el hecho de que no se pudo dilucidar el mecanismo que explica cómo funciona la vitamina C, o si tiene un efecto directo sobre el virus. Esta respuesta ya se ha mostrado en una serie de estudios de investigación realizados en el Instituto de Investigación Científica del Dr. Rath en California, bajo el liderazgo de la Dra. Alexandra Niedzwiecki. Estos estudios muestran que la vitamina C inhibe varios mecanismos claves de las infecciones por coronavirus, incluida la regulación de las puertas a los receptores virales en la superficie de las células del cuerpo humano. Más importante aún, combinada con otros micronutrientes, la vitamina C mejora los efectos antivirales, incluida la inhibición de la unión de los coronavirus a los receptores en la superficie de las células.
Esta investigación combinada y los resultados clínicos tienen implicaciones significativas para las estrategias de salud preventiva a escala mundial. A diferencia de una mayor intervención, las sustancias naturales como las vitaminas ejercen su eficacia mediante la regulación del metabolismo celular. Como ley de la biología, cualquier sustancia natural que pueda tratar con éxito una enfermedad, es decir, corregir el mal funcionamiento celular, debe, por regla general, prevenir el mal funcionamiento en primer lugar. Las investigaciones y los estudios clínicos ahora pueden explicar el hecho sorprendente de que, aparte de los humanos, ningún otro animal sufre una pandemia de coronavirus: pueden infectarse, pero no enfermarse. A diferencia de los humanos- que no pueden producir vitamina C en sus cuerpos- la mayoría de los animales producen vitamina C, en función de su peso corporal, comparable a la cantidad administrada a los pacientes con COVID-19 en este estudio clínico:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó recientemente una evaluación oficial de datos globales esencialmente sobre todos los fármacos que hasta ahora han sido promovidos por compañías farmacéuticas y algunos políticos como respuestas a la pandemia de COVID-19. El informe de la OMS concluye: «El uso de Remdesivir, Hidroxicloroquina, Lopinavir e Interferón parecen tener poco o ningún efecto sobre los pacientes hospitalizados con COVID-19, como lo indica la mortalidad en general».
En varios países, los ensayos clínicos con vacunas experimentales han tenido que interrumpirse debido a los graves efectos secundarios. Estos ensayos han incluido vacunas de prueba muy promocionadas de Astra Zeneca / Universidad de Oxford, Johnson & Johnson y Eli Lilly. Todos estos estudios probaron vacunas de base genética que se transportan al núcleo de las células humanas a través de otro virus (por ejemplo, un adenovirus). No solo las vacunas, sino toda la tecnología basada en la modificación de la información genética dentro de las células del cuerpo de las personas, es altamente experimental y se ha asociado con graves efectos secundarios después de su primera aplicación.
Las vacunas basadas en proteínas, segmentos de proteínas (péptidos) o anticuerpos,  involucran tecnologías ampliamente utilizadas durante muchas décadas, que merecen una evaluación adicional. En contraste, las vacunas de base genética son altamente experimentales. Su principio terapéutico es interferir sistemáticamente con las moléculas de la herencia (ADN) y / o con las moléculas que regulan la síntesis de proteínas (ARN). Desafortunadamente, esencialmente todas las vacunas actualmente desarrolladas a nivel  internacional se basan en esta tecnología experimental. Incluso si alguno de estos estudios mostró algún efecto en estudios a corto plazo, las consecuencias a mediano y largo plazo de las vacunas en toda la población podrían ser potencialmente catastróficas, incluidas alteraciones irreversibles en los genomas de millones de pacientes, o incluso en el genoma humano en su conjunto.
La única razón de por qué los políticos están considerando campañas de vacunación basadas en tecnologías experimentales de alto riesgo es porque los «expertos» les dijeron que no hay alternativas efectivas. Sobre la base de pruebas científica y clínica disponible, está claro que la vitamina C y otros micronutrientes son terapias efectivas y seguras que pueden ser utilizadas inmediatamente por personas de todo el mundo para controlar la pandemia actual.
Los políticos y los medios de comunicación que opten por ignorar esta evidencia científica pueden sufrir las consecuencias de varias formas. Es posible que sus electores los responsabilicen por no proporcionar información sobre los beneficios de las vitaminas para la salud que podría salvar vidas. También pueden enfrentar demandas de responsabilidad provenientes de los pacientes, si las vacunas experimentales que recomiendan causan graves efectos secundarios, incluidas alteraciones genéticas.
El Dr. Rath comentó: “A partir de ahora, ningún político que defienda fármacos  ineficaces o vacunas genéticas de alto riesgo para sus ciudadanos, puede afirmar que no tuvo otra alternativa. La época de la parálisis global ante la pandemia del coronavirus ha terminado, y también la espera de una «vacuna milagrosa» que sea segura. Todas las personas   tienen ahora el enfoque natural científicamente y clínicamente probado en sus propias manos, que puede ayudar a que la vida en la Tierra vuelva pronto a la normalidad”.
Referencias:
Clinical study on the use of high-dose vitamin C in the treatment of COVID-19: https://www.researchsquare.com/article/rs-52778/v2
Research on the effectiveness of micronutrients in COVID-19 of the Dr. Rath Research Institute: https://www.dr-rath-education.org/
Website of the Dr. Rath Research Institute: https://drrathresearch.org/
WHO-study on Remdesivir, Hydroxychoroquine, and Lopinavir:https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2020.10.15.20209817v1
The dangers of fighting corona with adenovirus vaccines: https://www.dr-rath-education.org/the-dangers-of-fighting-corona-with-genetic-vaccines/
Contacto:
Dr. Aleksandra Niedzwiecki, Email: contacts@drrath.com

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