No del todo. Nuestro cuerpo necesita glucosa (azúcar en su forma natural) como fuente de energía. Pero no hace falta comerse una cucharada de azúcar para conseguirla. Los carbohidratos que comemos se transforman automáticamente en glucosa. Lo importante es cómo y cuánto consumimos.
Cuando ingerimos demasiado azúcar de golpe, el cuerpo se ve obligado a liberar grandes cantidades de insulina para procesarlo. Esto provoca una caída brusca del azúcar en sangre… y ahí llega el cansancio, los antojos locos y el bajón emocional. ¡Una auténtica montaña rusa metabólica!
🥗 Comer en el orden correcto, sí importa
Un truco sencillo pero poderoso: la secuencia en la que comes los alimentos afecta directamente a tu nivel de azúcar. Así deberías hacerlo:
- Empieza con verduras o una ensalada. Su fibra retrasa la digestión y amortigua el impacto de los carbohidratos.
- Después, las proteínas y las grasas saludables (como carne, pescado azul, huevos…).
- Y por último, los carbohidratos como patatas, arroz o pan.
A este enfoque algunos influencers lo llaman el “truco de la glucosa”. Incluso aseguran que ayuda a perder peso. Aunque eso aún está en debate, ¡sí está claro que estabiliza el azúcar en sangre!
🍫 Endulza naturalmente
Los dulces de Pascua suelen estar cargados de azúcar industrial. Pero hay alternativas más amables con tu cuerpo:
- Barritas de frutos secos sin azúcar.
- Frutas bajas en azúcar (como fresas) bañadas en chocolate negro.
- Chocolate negro (con alto porcentaje de cacao) mejor que el típico conejito de leche.
Y lo más importante: disfruta lentamente. Saborear cada bocado ayuda a sentirte saciado antes y evita los atracones.
🚶♀️ Muévete para equilibrar
¿Sabías que una simple caminata después de comer puede marcar la diferencia? La actividad física ayuda a los músculos a absorber la glucosa directamente del torrente sanguíneo, reduciendo de forma natural los niveles de azúcar. Así que sí: el tradicional paseo de Pascua ¡tiene beneficios reales para tu salud!
💊 Apóyate en micronutrientes clave
Además de comer bien y moverte, hay ciertos vitaminas y minerales que pueden ayudarte a mantener el azúcar en sangre a raya:
- Vitamina C: combate el estrés oxidativo, que es más común en personas con azúcar alto crónico.
- Vitaminas del grupo B (B6, B12 y ácido fólico): ayudan al cuerpo a procesar mejor la glucosa.
- Magnesio, zinc y cromo: mejoran la sensibilidad a la insulina.
- Polifenoles (como los del té verde o la canela): son antiinflamatorios y también estabilizan el azúcar.
🔬 En el Instituto de Investigación Dr. Rath se ha desarrollado una fórmula específica con todos estos nutrientes, diseñada para mejorar la absorción de glucosa y estimular la producción de insulina. Esta combinación ha sido patentada y está basada en estudios científicos.