Más de dos años después del inicio de la pandemia de COVID-19 que se cobró hasta 6,5 millones de muertes, el mundo sigue luchando por encontrar una solución eficaz para prevenir esta infección. A pesar del gasto mundial de unos 100.000 millones de dólares (cifra que podría aumentar a 160.000 millones de dólares en 2025) en las vacunas contra el COVID-19, estas no están resultando eficaces para prevenir las infecciones y la propagación del virus y sólo pueden atenuar los síntomas graves del COVID-19. El SARS-CoV-2 ha sufrido numerosas mutaciones y actualmente cerca del 90% de los casos de COVID-19 corresponden a la variante Omicron. Aunque estas variantes son menos graves que las causadas por la cepa original, Omicron se propaga más rápidamente y es peligrosa para las personas inmunodeprimidas y de alto riesgo.
El Reino Unido ha aprobado recientemente una dosis de refuerzo diseñada específicamente para la variante Omicron del virus SARS-CoV-2. La dosis de refuerzo es una vacuna bivalente que se dirige tanto a la cepa original como a la nueva variante Omicron. Es probable que Estados Unidos la apruebe, en breve, ante el previsible aumento de casos de COVID-19 durante este otoño.
A pesar de las vacunaciones masivas con el nuevo tipo de vacunas, aproximadamente entre el 50 y el 80% de los estadounidenses han contraído la COVID-19 en los últimos dos años e incluso con tratamientos específicos de medicamentos y anticuerpos, las infecciones por COVID-19 son frecuentes. Las vacunas basadas en ácidos nucleicos (ADN y ARN) pueden desencadenar riesgos graves y desconocidos durante años, ya que cientos de millones de personas vacunadas son ahora los sujetos de prueba de una tecnología que fue aprobada a los pocos meses de las pruebas clínicas. Dado que las vacunas se desarrollan contra una cepa específica, rápidamente se vuelven inadecuadas contra las mutaciones virales que aparecen con frecuencia.
No queremos restar importancia a las vacunas, que en las últimas décadas han permitido prevenir muchas enfermedades mortales. Sin embargo, cualquier vacuna debería tener como objetivo la prevención de infecciones y su propagación mediante la mejora de la inmunidad, tal y como se recoge en su definición histórica.
Nuestros científicos del Instituto de Investigación Dr. Rath siguen explorando el uso de sustancias naturales como medio seguro y eficaz para controlar el coronavirus. Anteriormente, aportamos pruebas científicas de micronutrientes específicos que actúan en sinergia y pueden inhibir simultáneamente múltiples etapas1 de la infectividad del SARS-CoV-2 y reforzar el sistema inmunitario2.
El coronavirus utiliza estaciones de acoplamiento (llamadas receptores ACE2) en la superficie celular para entrar en las células. El virus se une a los receptores ACE2 a través de un sitio específico (RBD) presente en sus proteínas de espiga. Una vez dentro de la célula, el virus se multiplica utilizando una enzima llamada RdRp. La RdRp desempeña un papel crucial en el ciclo vital y la infectividad del SARS-CoV-2.
En nuestros dos estudios publicados recientemente3, 4, nuestros científicos evaluaron además la eficacia de los micronutrientes contra el SARS-CoV-2 y sus variantes: Alfa, Beta, Delta, Gamma, Mu y la variante más reciente, Omicron. Una combinación de compuestos naturales que incluía la vitamina C, la curcumina, la quercetina y la teaflavina, entre otros, pudo inhibir la unión RBD del SARS-CoV-2 a su receptor celular ACE2 en un 90%. Además, estos compuestos naturales inhibieron la actividad del complejo RdRp facilitando la multiplicación viral y la gravedad de la infección. La actividad RdRp, tanto del virus original como de su variante Omicron, disminuyó en más de un 40%. Nuestra investigación demuestra además que los compuestos naturales son una herramienta eficaz para controlar los mecanismos celulares clave de la infectividad del SARS-CoV-2 y sus variantes.
Por lo tanto, es importante difundir esta información vital sobre las medidas naturales con base científica como métodos seguros y eficaces para protegernos.
1. Niedzwiecki A, et al. J Cellular Medicine and Natural Health, Jan 2021
2. Goc A, et al. J Cellular Medicine and Natural Health, Aug 2020
3. Goc A, et al European J of Microbiology and Immunology, Jan 2022
4. Goc A, et al. European J of Microbiology and Immunology, June 2022
Enlace a artículo original en inglés.