La fatiga, una de las dolencias más comunes de la vida cotidiana moderna, afecta negativamente al rendimiento laboral, la vida familiar y las relaciones sociales. La buena noticia es que un estudio reciente demuestra que la fatiga puede mejorarse con una terapia de nutrientes. Aunque puede deberse a ciertas afecciones médicas, en alrededor de un tercio de los casos no se identifica ninguna causa específica. En consecuencia, el ejercicio físico y la terapia cognitivo-conductual siguen siendo los enfoques terapéuticos más frecuentes recomendados por los médicos. Desde una perspectiva diferente, un artículo reciente examinó 60 estudios y descubrió que nutrientes como la CoQ10, la L-carnitina, el zinc y ciertas vitaminas pueden tener efectos beneficiosos significativos en la reducción de la fatiga, tanto en personas sanas como en pacientes con enfermedades crónicas.
Publicado en la revista Nutrients, el trabajo describe cómo las vitaminas y los minerales contribuyen a funciones celulares fundamentales que afectan a la fatiga mental y física. Algunos de los 60 estudios analizados emplearon nutrientes individuales, mientras que otros utilizaron combinaciones. La mayoría analizó enfoques basados en el uso de suplementos orales, 10 estudios administraron nutrientes por vía intravenosa y 3 los administraron por vía intramuscular. Un total de 35 estudios examinaron la eficacia de la L-carnitina y la CoQ10, y los siguientes nutrientes más estudiados fueron las vitaminas C y D.
Tratamiento de la fatiga en diversas afecciones médicas
Varios estudios analizaron los efectos de los suplementos de vitaminas y minerales en personas que sufrían fatiga como consecuencia de diversas afecciones médicas. En pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, por ejemplo, se observó que una dosis elevada de vitamina B1 (administrada en dosis diarias que oscilaban entre 600 mg y 1.800 mg) tenía un efecto significativamente beneficioso sobre la fatiga crónica.
Asimismo, se ha demostrado que las coenzimas CoQ10 y nicotinamida adenina dinucleótido (NADH) alivian significativamente los síntomas de la fatiga. En un ensayo aleatorizado, controlado y doble ciego se observó que los pacientes que padecían síndrome de fatiga crónica mostraban una disminución de la fatiga tras tomar suplementos de estas sustancias durante un periodo de tan sólo 8 semanas.
Por lo tanto, en las personas que padecen síndromes relacionados con la fatiga, la administración de suplementos de 200 mg al día de CoQ10 más 20 mg al día de NADH se ha propuesto como un enfoque terapéutico seguro para minimizar la fatiga cognitiva y mejorar la calidad de vida relacionada con la salud. Cuando se utiliza sola, la CoQ10 mejora la fatiga en enfermedades como la esclerosis múltiple y la insuficiencia cardiaca terminal.
Los investigadores también han estudiado la eficacia de un suplemento que contiene aminoácidos de cadena ramificada, CoQ10 y L-carnitina en el tratamiento de la fatiga experimentada por pacientes con cáncer de mama sometidas a quimioterapia. La reducción significativa de las puntuaciones de fatiga observada en estas pacientes sugiere que este enfoque puede ser útil para controlar la fatiga moderada a grave relacionada con el cáncer.
Tratamiento de la fatiga en personas sanas
El uso de nutrientes para combatir la fatiga también se ha investigado en personas que no padecen ninguna enfermedad específica. En un ensayo clínico aleatorizado realizado en 150 ancianos, por ejemplo, se demostró que un suplemento de 30 mg de zinc al día durante 70 días reducía significativamente la fatiga.
También se ha observado que el uso de L-carnitina en ancianos, en dosis de 2 gramos dos veces al día, produce mejoras significativas de la fatiga física y mental, así como de la gravedad del cansancio. La suplementación con CoQ10 también ha demostrado ser eficaz para reducir la fatiga en personas sanas.
Abordar la deficiencia de vitaminas y alcanzar niveles más altos de nutrientes
En consonancia con el concepto de Medicina Celular del Dr. Rath, el artículo en Nutrients describe cómo la deficiencia de vitaminas se asocia con la fatiga. Un estudio citado en la revisión informó de que la prevalencia de vitamina D baja era del 77,2 por ciento en pacientes con fatiga. La normalización de los niveles de vitamina D durante un periodo de cinco semanas dio lugar a una mejora significativa de las puntuaciones de fatiga en estos pacientes.
La administración intravenosa o intramuscular de nutrientes permite alcanzar niveles que no son fáciles de obtener mediante la suplementación oral. Así, en un estudio que investigó los efectos de la vitamina C intravenosa en la calidad de vida de pacientes con cáncer, se observaron descensos significativos en las puntuaciones de fatiga tras sólo cuatro semanas de tratamiento. Otros estudios han obtenido resultados similares.
También se han evaluado los efectos de la vitamina C intravenosa sobre la fatiga en trabajadores de oficina. Los resultados muestran que, tras la terapia intravenosa, las puntuaciones de fatiga disminuyeron significativamente después de sólo dos horas y se mantuvieron más bajas durante un día. En particular, los efectos del tratamiento fueron mayores en las personas con niveles basales más bajos de vitamina C.
Como demuestra este artíulo de Nutrients, existen terapias eficaces y seguras para tratar la fatiga. Dado que a muchos pacientes los médicos les dicen lo contrario, e incluso les hacen creer que su problema es «sólo mental», existe una necesidad urgente de que los enfoques basados en nutrientes para el tratamiento de este problema común se conviertan en una parte estándar de la práctica clínica.
