El hecho de que la piel sea nuestro órgano más grande y represente el 15 de nuestro peso corporal es un hecho bien conocido. Intentamos cuidarla con cremas, tinturas y sueros para nutrirla, reafirmarla y tensarla. Pero todo esto sólo puede no ser eficaz porque no es tan conocido que la conservación de nuestras células sirve también para conservar nuestros órganos y, por tanto, también la piel. Los cambios en el aspecto de la piel dicen mucho de nuestra salud interior, porque diversas deficiencias nutricionales, un estilo de vida poco saludable, problemas digestivos, hepáticos y renales o desequilibrios hormonales, enfermedades inflamatorias, alergias y trastornos autoinmunitarios son visibles en la piel.
En resumen, la piel refleja nuestro bienestar general
Por eso mismo, los micronutrientes nos ayudan por dentro y también por fuera. Una cantidad suficiente de fruta y verdura retrasa el proceso de envejecimiento de la piel. Los batidos sin azúcar ayudan a obtener la dosis diaria de micronutrientes. Y además, preste atención a su equilibrio de líquidos para mantener la elasticidad de la piel y evitar la deshidratación. Se necesitan, al menos, 2 litros de agua o infusiones al día.
Qué envejece la piel
El tabaco: no sólo no beneficia a los pulmones, sino que es pésimo para la piel.
Tomar el sol de forma prolongada, especialmente los rayos UVA artificiales también provoca un envejecimiento prematuro de la piel.
Aléjese de los ácidos grasos saturados, el alcohol, los alimentos muy procesados con muchos aditivos y números E, las grasas trans, el exceso de sal y azúcar. El azúcar no sólo está disponible de forma refinada, el consumo excesivo de fructosa también va en detrimento de la piel.
Aliados de la piel
La vitamina C es uno de los micronutrientes clave, por tanto, esencial para el mantenimiento de la piel, ya que es necesaria para la síntesis de moléculas de colágeno. Sin vitamina C, el cuerpo no puede producir suficiente colágeno para una piel sana lo que conduce a una piel flácida y arrugada.
El todoterreno de las vitaminas se encuentra en grandes cantidades en la rosa mosqueta (1250 mg de vitamina C/100g), el espino amarillo, las grosellas negras y el perejil. Los limones tienen curiosamente, un contenido comparativamente bajo, con sólo 50 mg por 100 g.
La vitamina C también contribuye a la regulación hormonal y a la reducción de la inflamación, lo que tiene puede tener un efecto positivo sobre el acné hormonal
El riesgo de infección se reduce y la cicatrización de heridas se ve favorecida gracias a esta vitamina también.
Debido a los cambios hormonales, las mujeres son más susceptibles a la pérdida de colágeno y a los problemas cutáneos asociados. El descenso del nivel de estrógenos durante la menopausia conduce a una menor producción de colágeno, lo que a su vez lleva a una pérdida de elasticidad de la piel y decoloración (melasma)
Entre otros muchos beneficios para la salud la vitamina C puede reducir la producción de melanina, que causa estas manchas de la edad y la decoloración y contribuir así a tener un cutis más uniforme y radiante.
Junto con las vitaminas A y E, la vitamina C protege las células de la piel de los radicales libres y favorece la reparación de los daños causados por los rayos UV.
La suplementación con vitamina C, en combinación con los aminoácidos lisina y prolina, beneficia a la piel mediante la producción de fibras de colágeno y reduciendo los efectos de la pérdida de colágeno
En el caso de la vitamina C, la variante liposoluble palmitato de ascorbilo, soluble en grasa, es mejor absorbido por las células que el ácido ascórbico solo.
El omega-3 es un componente importante también para una piel flexible. Este ácido graso antiinflamatorio es una fuente natural de juventud para la piel.
Protege la dermis de la sequedad y preserva su textura de melocotón. Los beneficios para la salud de los Omega-3 han sido ampliamente probados. Se encuentra principalmente en el pescado y el marisco, los frutos secos, las semillas de chía, semillas de lino, aguacates y aceitunas.
El resveratrol es otro potente agente antienvejecimiento. Este antioxidante intercepta los radicales libres y garantiza una piel relajada y joven.
Los polifenoles vegetales como el resveratrol de la uva ofrecen además protección frente a los daños causados por los rayos UV y también tienen importantes efectos anticancerígenos y cardiovasculares. El resveratrol mantiene las células en forma y ralentiza el proceso de envejecimiento.
El hierro contribuye a la formación de glóbulos rojos, clave en el suministro de oxígeno a la piel. Este oligoelemento es importante para la división celular y en los procesos metabólicos. Una tez apagada puede indicar falta de hierro. Especialmente buenas fuentes de hierro son la carne de músculo rojo o el hígado. Las fuentes vegetales de hierro son las legumbres como lentejas o soja, frutos secos y semillas, verduras y hierbas como los berros, el perejil y las cebollas.
Otros micronutrientes útiles para una piel vital son los carotenoides, el licopeno, la curcumina y la coenzima Q10.
El tejido conjuntivo también se beneficia de abundantes antioxidantes como la vitamina B1, el selenio, el fósforo, el ácido fólico y la L-arginina.
