Bajo este nombre se engloban toda una serie de proyectos en África destinados a educar y empoderar a los niños en las escuelas a cerca de una alimentación sana y su repercusión en la salud. Se lleva a cabo, entre otros, mediante la construcción de huertos escolares que son gestionados por los propios alumnos y alumnas. Porque una dieta sana es un pilar importante para un sistema inmunitario resistente, unos huesos fuertes, unas células protegidas y el buen engranaje de todas las funciones orgánicas.
Desgraciadamente, en general no se enseña a los alumnos a llevar una alimentación sana. En cambio, los adolescentes de las escuelas alemanas de jornada completa están expuestos a una oferta mediocre de comidas carentes de vitaminas en los comedores y no hablemos en las máquinas de vending. Aquí es donde el proyecto global «El Movimiento de la Vida» (abreviado MOL, por sus siglas en inglés Movement of Life) de la Fundación para la Salud Dr. Rath cobra todo el sentido.
El proyecto se dirige principalmente a profesores y alumnos. Incluye el aprendizaje y la práctica de enfoques de salud basados en la naturaleza, la difusión de información sanitaria y el cultivo comunitario de árboles frutales, hortalizas y plantas medicinales.
Uno de sus proyectos principales es el de la construcción de huertos escolares que contribuyen al desarrollo físico y mental de los alumnos. La medicina celular también entra en juego aquí, al formar parte de los cimientos para la vitalidad holística a largo plazo y la prevención de enfermedades.
Inicio en Uganda en 2015
En marzo de 2015, el Centro de Educación Agnes de Mbarara, en el oeste de Uganda, dio el pistoletazo de salida al proyecto de huertos escolares. Cuenta con el apoyo a través de donaciones de MOL, que provee equipamiento básico de herramientas de jardinería y plantones. Bajo el nombre Jardinería en la escuela” es dirigido por un «Parlamento Escolar para la Salud”, cuyos miembros representan a sus clases en reuniones periódicas. Desempeñan diversas funciones y tareas encaminadas a hacer realidad los objetivos del proyecto de huerto escolar y explicar los logros.
Como ejemplo, en Uganda, uno de los países más pobres del mundo, desde el inicio del proyecto se han plantado 12.000 árboles frutales.
Entretanto, más de 100.000 personas de Uganda se benefician directamente de esta iniciativa, desde julio de 2020. Gracias a escuelas de países vecinos, otros alumnos de Ruanda y Burundi también participan en el proyecto.
Movement of life y los niños
Los trabajos de jardinería realizados en el marco del proyecto son organizado y llevado a cabo por el «Parlamento de la Salud», que constituye en cada escuela. En los años en que está activo, ha conseguido entusiasmar a los niños, comprobando que les encanta la interacción lúdica con la naturaleza y el tema de la salud.
Al plantar verduras y frutas los pequeños aprenden a responsabilizarse y a comer sano desde una edad temprana. Los alumnos adquieren también importantes conocimientos y habilidades sociales, que son importantes para su vida futura. Los jefes de grupo se reúnen periódicamente para discutir la situación de sus clases y para seguir desarrollando el proyecto. El objetivo es aumentar los conocimientos de los miembros sobre la salud y profundizar en las temáticas. Estos futuros adultos deben ser capaces de tomar las riendas de su salud y no dejar que sea dictada por otros. El lema: ¡La salud no debe ser un privilegio!
Nutrir y cuidar las plantas como se hace con la salud
Los grupos de ejercicio aprenden lo deliciosa que puede ser una dieta basada en plantas con productos del propio huerto, de calidad ecológica, con el mayor contenido posible de vitaminas, minerales, oligoelementos y sustancias vegetales bioactivas.
«El movimiento de la vida» guía en el cultivo de hortalizas y frutas en su propio balcón o jardín. Este balcón de autoabastecimiento independiza a las personas de las crisis económicas, al menos en parte, y del drástico aumento de precios que conllevan.
No hay nada como el auto abastecimiento para el consumo de frutas y verduras. Junto a él, la prevención de enfermedades se sitúa en primer plano. Por ejemplo, el uso de medicamentos para el dolor de cabeza pudo reducirse drásticamente en las escuelas participantes porque los alumnos habían aprendido que la deshidratación puede provocar dolores de cabeza. Ahora se aseguran beber regularmente.
«El movimiento de la vida» es un buen ejemplo y muestra lo que también se puede hacer en los comedores escolares alemanes. Esto se asocia, además, a menores costes para el sistema sanitario. El concepto de este proyecto, con todos sus efectos positivos para los participantes y su entorno en las escuelas, las familias y las comunidades, es un modelo universal para la acción sostenible en la sociedad.
Imagínate que en Alemania jardines de infancia y escuelas de jornada completa fundaran parlamentos de la salud que se encargaran de organizar y llevar a cabo el cultivo de alimentos sanos en el huerto escolar. Se trataría de una perspectiva alentadora para el desarrollo de los jóvenes en ¡África como en Europa!
El hecho es: cualquiera que sea capaz de enseñar a los niños en un ambiente relajado sobre su bienestar con «power veggies» y sobre cómo prevenir enfermedades, ha hecho una buena obra sembrando mucha salud.
FUENTES:
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De Philipsborn et al. Nutirtion policies in Germany: a systematic assessment with the Food Environment Policy Index. Public Health Nutr. 2022 Jun;25(6):1691-1700. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34881689/