Los alimentos más saludables a veces son los más sencillos o comunes y este es el caso del vino tinto. Algunos tipos de tinto pueden aumentar la vitalidad de las personas y prevenir la hipertensión y el hipercolesterolemia de las enfermedades cardiovasculares. También para las personas con el síndrome metabólico asociado a la obesidad, esos vinos presentan beneficios para la salud. Su consumo moderado (hasta dos octavos al día) influye en la reducción del tejido adiposo blanco (grasa abdominal visceral) y contribuye a la pérdida de peso en la obesidad.
¿De qué tintos hablamos? De lo elaborados a partir de la uva Tannat. Son vinos que generalmente proceden de las regiones de Gers y Madiran en el sur de Francia, de la provincia italiana de Nuoro (Cerdeña), de Sagrantino en Umbría y de Haugsdorf, en la Baja Austria.
Son vinos que mejoran el estado de nuestras arterias y del sistema circulatorio en general gracias a su alta concentración de procianidinas. Concentración que es superior a la media, y hasta diez veces superior a la de otros vinos tintos!. Estos tintos son muy ricos en taninos y de un tono rojo oscuro intenso.