Los eczemas y las llagas se convierten en una carga para el cuerpo y el alma. Zonas de la piel rozadas duelen, pican y queman. Hablamos del intertrigo, un tipo de hongo al que le encantan las zonas húmedas de la piel, donde anida a sus anchas. Por ello, la mejor profilaxis es una higiene minuciosa. Además, avanzamos algunos consejos y micronutrientes que pueden ayudar a que sea más llevable.
Las personas que hacen mucho deporte, llevan tejidos ajustados como tejanos o tienen sobrepeso tienen más probabilidades de verse afectadas y, en el caso de las mujeres, son más propensas a desarrollarlo debajo del pecho. Los sujetadores que no se ajustan bien pueden ser en parte los culpables. Los climas cálidos y húmedos son un desencadenante para personas con piel irritada e inflamada, por lo que la sauna y la natación en piscinas deben usarse con precaución. Además, si las piernas se rozan o se dan largos paseos en bicicleta sin la protección necesaria, estamos creando el terreno idóneo para el intertrigo.
Como la práctica de ejercicio puede ser un desencadenante, cabe decir que las personas que sudan fácilmente deberían llevar prendas permeables y evitar las sintéticas. El algodón, que absorbe fácilmente la humedad, y otras fibras naturales como la seda son mucho más compatibles con la piel.
Las temperaturas cálidas favorecen el desarrollo de esta enfermedad, que también puede aparecer en los pliegues bajo el vientre, en la zona inguinal o bajo las axilas.
LA DIABETES MELLITUS FAVORECE el INTERTRIGO
Las personas con un sistema inmunitario debilitado y los diabéticos también pertenecen al grupo de riesgo del intertrigo.
La resistencia a la insulina provoca un aumento de la excreción de líquidos. Como consecuencia, el balance hídrico de los diabéticos se desequilibra rápidamente.
El resultado es una deficiencia de agua en el organismo, junto con una mayor sequedad cutánea.
Además, las alteraciones nerviosas debidas a la enfermedad del «azúcar» interaccionan con las glándulas sudoríparas y sebáceas, lo que a su vez conduce a una piel deshidratada, más propensa a sufrir este tipo de desequilibrios.
PREVENIR LA INFESTACIÓN BACTERIANA
Una vez desarrollado el intertrigo, y con el eccema manifestado, el calor corporal acumulado favorece la formación de bacterias y la herida puede supurar y convertirse en un problema que requiere tratamiento médico.
Por tanto, hay que actuar. El óxido de zinc tiene propiedades antibacterianas y es ingrediente de muchas pomadas para la piel. El zinc favorece la regeneración de la piel y forma una capa protectora sobre las zonas irritadas. El polvo también es un protector probado que previene el dolor y absorbe la humedad como una esponja.
REFORZAR LOS MICRONUTRIENTES DEL SISTEMA INMUNITARIO DE LA PIEL
Varios micronutrientes pueden reactivar el sistema protector natural de la piel y reforzar la flora cutánea. Además, la suplementación puede ayudar a prevenir el intertrigo. Estas sustancias vitales incluyen el zinc, las vitaminas B12, B2, A, C y D, los ácidos grasos omega-3 y el magnesio y el selenio.
La vitamina C es un potente antioxidante, esencial para el pleno funcionamiento del sistema inmunitario endógeno. Su carencia favorece un retraso en la cicatrización de las heridas.
La vitamina D3 moviliza el proceso de cicatrización de la piel, la hidrata y favorece la renovación celular. Un aporte suficiente, junto con una ingesta suficiente de líquidos, previene la deshidratación y la inflamación. Si faltan ácido ascórbico, lisina, prolina, vitamina E, selenio y zinc, pueden producirse, además complicaciones como una piel excesivamente fina.
La suplementación de los micronutrientes mencionados fomenta la salud de la piel y ayuda a prevenir a tiempo una infección.
Una dieta respetuosa con la piel es también una herramienta importante si se quiere evitar el eccema cutáneo y la inflamación.
PIEL SANA
El intertrigo agudo no tratado conlleva el riesgo de un curso crónico y un agravamiento de los síntomas. En la medida de lo posible, debe airear las zonas afectadas con la mayor frecuencia posible.
La erupción cutánea puede ser muy persistente si no se trata con pomadas de zinc sprays, lociones o polvos antibacterianos. El polvo mantiene las zonas sensibles secas.
La planta medicinal aloe vera contribuye a la regeneración y se aplica mejor en forma de gel en las zonas afectadas. Una piel intacta, resistente y óptimamente provista de micronutrientes y colágeno no reacciona tan rápidamente a las influencias externas con una erupción cutánea. Una piel bien cuidada se mantiene en equilibrio. Al igual que el aloe vera, el aceite de oliva es antiinflamatorio y forma una película protectora fiable que envuelve la piel como un capullo.
FUENTES:
