Los meses de invierno suelen caracterizarse por un aumento de los casos de gripe en todo el hemisferio norte. Este invierno se ha producido un aumento significativo de los casos de infecciones respiratorias, incluida la gripe, un aumento continuado de los casos de COVID-19 y la amenaza adicional de las infecciones por virus respiratorio sincitial (VRS). Esta combinación de tres virus respiratorios, o «triple amenaza», que también se conoce como «tripledemia», es motivo de preocupación para muchos. El VRS suele ser una infección leve que provoca catarro y congestión. Es frecuente en lactantes, ancianos y personas con el sistema inmunitario debilitado, y es la causa más común de complicaciones respiratorias como bronquitis y neumonía entre esta población. La capacidad del organismo para combatir estos patógenos es considerablemente menor durante las estaciones más frías. La transmisión del virus de la gripe, el SARS-CoV-2 y sus formas mutadas, y el VRS se facilita aún más en invierno debido a que la gente se reúne y permanece en casas y espacios cerrados.
Un sistema inmunitario que funcione de forma óptima es la clave para mantenerse sano durante todo el año. Su función principal es reconocer y destruir los agentes patógenos extraños. Células especializadas del sistema inmunitario (linfocitos) recuerdan proteínas específicas (llamadas antígenos) producidas por los virus y producen anticuerpos contra ellas como protección frente a futuros ataques. Nuestro sistema inmunitario depende tanto de células específicas del torrente sanguíneo como de órganos inmunomoduladores denominados órganos linfoides, que incluyen los ganglios linfáticos, el bazo, las amígdalas, el timo, el hígado y la médula ósea. Una dieta sana con abundantes frutas y verduras, higiene básica, sueño, ejercicio y otras medidas son necesarias para la protección frente a infecciones víricas o bacterianas específicas. Además, un aporte óptimo de micronutrientes es igualmente importante. Los micronutrientes interfieren en diferentes etapas del ciclo vital vírico. Por ejemplo, la vitamina C ayuda en la inactivación del ADN viral del virus de la gripe, limitando así la reproducción viral. La vitamina C también contribuye a la producción de anticuerpos y a la función fagocítica de los glóbulos blancos. Otros micronutrientes, como la lisina, la vitamina D, el té verde, la N-acetilcisteína, el zinc, el selenio y algunos extractos de plantas, también son importantes para reforzar los tejidos linfoides del timo, la función de los glóbulos blancos y el desarrollo general de un sistema inmunitario sano.
En el Instituto de Investigación Dr. Rath investigamos la vitamina C sola y en combinación con micronutrientes para evaluar su eficacia contra el virus de la gripe humana y el SARS-CoV-2, incluidas sus mutaciones. Los resultados mostraron que la combinación de los micronutrientes – inhibía la entrada del virus en las células;
– reducía la multiplicación de los virus en el interior de las células;
– reducía la capacidad del virus para infectar otras células;
– estabilizaba y reforzaba la barrera natural del tejido conjuntivo para frenar la propagación de los virus en el tejido.
Además, la mezcla sinérgica de micronutrientes fue más eficaz que la vitamina C por sí sola para reducir la actividad viral. La combinación de micronutrientes fue eficaz en todas las fases de la infección viral, incluso antes, durante y después de la exposición, lo que sugiere su enorme potencial en el control natural de estos virus y patologías. Los resultados de estas investigaciones se han publicado en diversas revistas especializadas, y estas combinaciones de micronutrientes han recibido recientemente patentes de la Oficina de Patentes de Estados Unidos.
Cuando busque medicamentos sin receta para combatir la gripe, lea atentamente la etiqueta, ya que muchos fármacos tienen efectos secundarios graves. Uno de nuestros estudios ha demostrado que esta combinación de micronutrientes también puede ser eficaz para proteger el hígado y los riñones de los daños inducidos por el paracetamol, un popular medicamento contra la fiebre. Dado que la triple amenaza vírica alcanza su punto álgido durante los meses de invierno, la administración de suplementos de micronutrientes debe considerarse como un medio importante de apoyo al sistema inmunitario.