Tuberculosis, la pandemia olvidada
Una consecuencia de la obsesiva cobertura general de la COVID-19 es que las muertes por otras enfermedades infecciosas graves se han ignorado en gran medida. Un ejemplo notable es el de la tuberculosis (TB), una enfermedad que afecta a 10 millones de personas en todo el mundo cada año y que ocasiona 1,5 millones de muertes.
La tuberculosis es una de las principales enfermedades infecciosas del mundo. Por ello, una nueva revisión científica explora el papel potencial de las vitaminas en su prevención y tratamiento. De manera prometedora, los autores no solo sugieren y fomentan el uso de vitaminas, sino que concluyen que su uso puede mejorar significativamente los resultados del tratamiento.
Publicado en la revista Antibióticos por científicos italianos, una revisión científica examina los efectos de la vitamina A, el complejo de vitamina B, la vitamina C, la vitamina D y la vitamina E en la infección por tuberculosis. Podemos observar niveles bajos de micronutrientes entre los pacientes con tuberculosis. Los investigadores sugieren que la tuberculosis se puede combatir al complementarla con muchos micronutrientes.
Vitamina A
Los investigadores describen cómo los estudios han encontrado un vínculo entre la deficiencia de vitamina A y varias enfermedades infecciosas, incluida la tuberculosis. Para movilizar la vitamina A del hígado, necesitamos zinc porque este mineral es un ingrediente clave en el metabolismo de la vitamina. Según la investigación, la deficiencia de zinc puede causar una deficiencia secundaria de vitamina A. Si la deficiencia de zinc no se corrige, la suplementación con vitamina A puede ser perjudicial para la tuberculosis.
Complejo de vitamina B
Analizando el grupo de vitaminas del complejo B, los investigadores indican que la Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de vitamina B6 cuando se administra isoniazida. La tuberculosis tratada con este antibiótico, a menudo, causa deficiencia de vitamina B6 y el desarrollo de una forma de daño nervioso conocida como neuropatía periférica. La vitamina B6 puede prevenir la neuropatía periférica durante el tratamiento con isoniazida, si se toma en dosis de hasta 25 mg al día.
Vitamina C
En una dieta normal, la cantidad de vitamina C es inferior a la necesaria para combatir la tuberculosis. Altas dosis administradas a humanos producen altos niveles plasmáticos de vitamina C y se consideran seguras. Además, la revisión muestra una mejora en la prevención y el tratamiento de la tuberculosis cuando se toma por vía oral vitamina C. La investigación confirma que la deficiencia de vitamina C puede estar asociada con un alto riesgo de desarrollar tuberculosis, así como con resultados anormales.
Vitamina D
Otros estudios muestran que los pacientes con tuberculosis tienen niveles bajos de vitamina D. Los científicos citan un metanálisis anterior que muestra que la deficiencia de vitamina D está significativamente asociada con un mayor riesgo de tuberculosis, aunque se necesitan más estudios para evaluar la eficacia de los suplementos de vitamina D contra la tuberculosis
Vitamina E
La vitamina E muestra un papel prometedor en el tratamiento de la tuberculosis debido a su asociación con el equilibrio oxidativo. La suplementación con vitamina E probablemente protege frente al contagio de la tuberculosis en los contactos domiciliarios con familiares. Además, protege contra la toxicidad de órganos resultante del tratamiento con medicamentos antituberculosos y las complicaciones indirectas de la tuberculosis extrapulmonar, como la formación de cálculos renales.
El enfoque de la medicina celular para combatir la tuberculosis
Los científicos que trabajan en el Instituto de Investigación Dr. Rath realizaron un ensayo clínico en 120 pacientes hospitalizados con tuberculosis pulmonar activa. El estudio examinó cómo la fórmula de micronutrientes influye en el tratamiento de la tuberculosis con el uso simultáneo de medicamentos. Se compararon los resultados de los estudios con el uso de micronutrientes con el tratamiento estándar obtenido por un grupo de 100 pacientes control.
Al final del período de prueba, los pacientes que tomaron los micronutrientes mostraron signos mucho mayores de recuperación. Esto fue evidente en las radiografías de tórax y otros parámetros medidos. Su proceso de tratamiento fue casi un 30% más alto que el del grupo de control. Todos (100%) los pacientes que tomaron los micronutrientes dieron negativo para la bacteria de la tuberculosis. En cuanto a los pacientes de control, solo el 88% dio negativo
Otro beneficio de los pacientes que tomaron micronutrientes fue que solo el 11% reportó algún efecto secundario de sus medicamentos para la TB. Sorprendentemente, el 89% experimentó mejoras en la tolerancia al tratamiento. Por el contrario, en el grupo de pacientes con tuberculosis que no tomaron micronutrientes, el 46% experimentó efectos secundarios.
La necesidad urgente de una nutrición adecuada y el uso de los hallazgos de la Medicina Celular en la prevención y el tratamiento de la tuberculosis se refleja en el último informe mundial sobre tuberculosis de la Organización Mundial de la Salud. Por primera vez en más de una década, las muertes por tuberculosis en todo el mundo han aumentado y se espera que continúen haciéndolo. El mensaje de este informe es claro. Los micronutrientes pueden ayudar a curar esta enfermedad olvidada.

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